Los felices años 20
Cuando llegue la pospandemia viviremos un «efecto rebote» marcado por la euforia y el desenfreno, como en los felices años 20, según alertan los expertos

Tras el coronavirus vendrán nuevos años 20.
Era 14 de marzo de hace ahora un año, ese 2020 que tardaremos en olvidar. El Gobierno de España declaraba el estado de alarma. El mundo entero se ponía en cuarentena. A priori, la excepcional medida iba a durar quince días. Doce meses después, seguimos conviviendo con mascarillas, restricciones y ausencias de abrazos. Pero no será así para siempre. Hoy queremos hablar de qué ocurrirá mañana, qué ocurrirá cuando todo esto pase. ¿Volverán los felices años 20?
Nadie conoce el futuro, eso está claro, pero hay una frase hecha de esas impregnadas de verdad que no podemos obviar: todo pasa. Del verbo pasar, acontecer, ocurrir, y de su acepción temporal. Todo acaba. También la pandemia lo hará algún día, esperemos, y cuando ese momento llegue, se vivirán momentos de euforia y desenfreno, según explican sociólogos e historiadores.
No sabemos si volverán los flecos, las diademas y el charlestón, pero lo que sí que vaticinan los expertos es un período de liberación y exceso. Al igual que ocurrió tras el fin de la Primera Guerra Mundial, los desastres sociales, humanos y económicos tienen un particular efecto rebote, los conocidos como los felices años 20. Porque las personas necesitamos alegrías.
La fiesta de la pospandemia
Ahora mismo, no solo nos enfrentamos a salir de la pandemia, sino a cómo salir de ella. Las consecuencias sociales que acarreará esta crisis aún son desconocidas. El impacto psicológico del periodo de estrés colectivo que estamos viviendo aún está por determinar. Tendremos que recuperarnos de esta catástrofe humana de dimensiones mundiales. Millones de personas están sin empleo o han cerrado sus negocios. Muchos niños han interrumpido su aprendizaje en las escuelas. Y muchas personas estarán de luto. Superar todos estos problemas no será rápido, indica el sociólogo, médico y profesor de Ciencias Sociales y Naturales de la Universidad de Yale, Nicholas Christakis, en esta entrevista en la BBC.
Hay gente que sueña con viajar, con volver a abrazar a sus seres queridos, con quitarse la mascarilla, con salir a bailar sin limitaciones. Soñamos con volver a vivir sin miedo. A fuerza de cifras alarmantes, hemos aprendido a ser consecuentes con cada uno de nuestros actos, hasta de aquellos más reflejos. Rascarnos la nariz, abrazar a nuestra madre. ¿A quién puede hacer daño ese simple y casi involuntario gesto? Pues sí, todo lo que hacemos tiene consecuencias, y ahora lo sabemos mejor que nunca y nos genera estrés.
Pero esa tensión no se puede mantener. Poco a poco nos vamos relajando, así lo demuestran también las distintas olas que hemos sufrido. No podemos estar en constante alerta. A veces nos descuidamos. Cuando lleguemos a una vacunación masiva, o a una inmunidad de rebaño, cuando volvamos a esa normalidad que tanto añoramos, nos volveremos a relajar. Y es ahí cuando ese efecto rebote será curioso de ver.
«Si miras lo que ha pasado en los últimos 2.000 años, cuando las pandemias terminan hay una fiesta. Es probable que veamos algo similar en el siglo XXI», explica el sociólogo. Christakis indica también la importancia de contextualizar. Ahora nos encontramos en shock, a pesar de que llevamos un año viviendo extrañamente, pero esto no es la primera vez que le ocurre al planeta. El dolor de una pandemia se vive cada siglo, solo que a nosotros todavía no nos había tocado verlo.
Menos religión y más amigos
El sociólogo explica también que durante las pandemias se profundiza en una dimensión existencial. Las personas buscan el sentido de sus vidas, piensan más sobre el significado moral de sus proyectos vitales. Históricamente, se experimenta un aumento de la religiosidad en la población. Se ahorra más, se rechaza el rieso o las interacciones sociales.
Cuando todo esto pase (que pasará), llegará el momento pospandemia. Buscaremos a la gente, no la rehuiremos. Saldremos de copas, de bares, a manifestaciones a eventos deportivos. Descenderá la religiosidad y la gente gastará lo que no ha podido gastar antes, según el experto. “Vendrá una época de desenfreno sexual y derroche económico”.
Como decíamos, no sabemos qué ocurrirá. Pero esas imágenes mentales tampoco están nada mal para celebrar el primer año de pandemia mundial. Un año en el que Empatizo ha estado ahí apoyando a quien más lo necesitaba. Y seguirá estando para prestar ese apoyo necesario.
Volveremos a bailar. Volveremos a los felices años 20.
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